No debería de ser así, pero en la NFL, la historia de Tim Tebow, el mariscal de campo de los Broncos de Denver ha opacado cualquier otra durante esta temporada.
No importa los temporadones de Green Bay, los Santos, los 49ers, o los eternos Patriotas; ni los récords de Brees, Brady, Rodgers, Stafford, Gronkowski o Victor Cruz. It’s Tebow time.
Hace meses me tocó estar en los Estados Unidos y comiendo en el sports bar de un mol (o mall, whatever) me tocó fletarme mi hamburguesa angus y mis dos tarros de cerveza con un programa sobre él: lo estaban despedazando.
Al parecer el pecado de este joven es que es cristiano y no tiene miedo de ocultarlo. Anota y se hinca para agradecer al Señor; su equipo va perdiendo y se pone a rezar para pedirle al Señor; se lastima alguien en el campo, y reza para pedir al Señor por la pobre alma del lesionado. Y todo esto en televisión nacional.
Había más críticas: que era muy malo para lanzar el balón, pero excelente corriendo con él. Estas cualidades pudieron haber sido muy útiles en Colegial, (ganó el Trofeo Heisman al mejor jugador de esa categoría en el 2007, además de llevar a los Gators de Florida a un título nacional en el 2008), pero en la NFL sirven para dos cosas: para nada y para nada.
No importaba que fuera un buen hombre, ni tampoco un excelente competidor. La crítica era igual de salvaje, que los rabiosos argumentos de sus defensores que ven en él, más que a un guía espiritual, a un hombre casi santo.
En fin, me acabé mi hamburguesa y proseguí con mi vida. La temporada empezó y mis Raiders dieron cuenta de los Broncos en el partido inaugural en Denver. Tebow no jugó. Gracias a Dios.
El año siguió, mis Raiders parecía iban bien y en la tele, Deion Sanders y Michael Irvin, del NFL Network, empezaron a comentar sobre el muchacho que todo Denver quería fuera su mariscal de campo.
Mitad en mofa, mitad en serio resaltaron que tras su entrada al campo, los Broncos que perdían por 16 puntos contra los Cargadores de San Diego, casi regresan y le dan la vuelta al partido. Un milagro que el hombre de una fe profunda no pudo conseguir.
No obstante fue nombrado titular para la siguiente jornada. Y empezó la era Tebow en Denver: contra los Delfines jugó espantoso por tres cuartos, es más, ridículo, pero el hombre se mantuvo, creyó, y tras ir perdiendo 15 a 0 en el cuarto periodo remontó a su equipo para ganar en forma milagosa, 18 a 15 en tiempos extra.
La siguiente semana nos hizo trizas a los Raiders y a mi; después completó dos pases, ¡dos pases!, y aún así fue suficiente para ganarle a los Jefes de Kansas City (sí, los que le quitaron el invicto a Green Bay); más tarde le ganaron a Chicago con todo y Urlacher y así llegaron a casi clasificar a los playoffs a dos semanas de que acabara la temporada.
Naturalmente perdieron los últimos dos juegos, contra Buffalo y en casa contra Kansas City, pero los resultados del resto (¡Ay, Oakland!), se combinaron para que con foja de 8-8, los Broncos pasaran a la postemporada como campeones de la División Oeste. Tebow y su milagrosa suerte.
Esto dio más material para que los críticos del mariscal de campo se regodearan ante lo que se suponía sería una masacre de su persona. Ni Dios podría evitar que la defensiva de Pittsburgh, su rival en la ronda comodín, la número uno de la liga pudiera obtener su cabeza como trofeo. Si Tom Brady no pudo con ellos, ¿cómo esperar que Tebow, que ni es un quarterback decente, les haga algo?
En el primer cuarto, todo parecía seguir el script que todos nos trazamos para ese juego: una santa madriza. Pero Pittsburgh no anotaba de seis y en dos ofensivas sólo había conseguido par de goles de campo. Tebow y sus Broncos habían conseguido solo 8 yardas totales en ese periodo.
Y luego el milagro: Tebow no sólo empezó a pasar y correr, empezó a quemar a la orgullosa defensiva de Dick LeBeau, que en todo el año habían recibido en promedio por partido algo más que 18 puntos. Los Broncos le hicieron 20 en un cuarto. Y pasando, y corriendo con su religioso mariscal de campo.
Los Acereros no son poca cosa y regresaron en un ambiente hostil para empatar y casi ganar el partido, pero ahora más que nunca comprobé que los rezos del mariscal de campo surtían efecto y mandaron el encuentro a tiempo extra, empatados a 23.
Según una nueva regla para esta instancia en los playoffs (a menos de 10 grados Celsius, faltó decir), el equipo que anote primero un touchdown gana; pero si un equipo mete primero un gol de campo, el otro tendrá una última oportunidad para empatar o ganar; de meter el gol de campo del empate, el que meta otro gol de campo gana el partido.
Pura confusión.
Denver ganó el volado, recibió la pelota y en la primera jugada del tiempo suplementario Tebow lanzó un pase a Demaryius Thomas quien alcanzó la zona de anotación en jugada de 80 yardas para el triunfo y evitar así estudiar lo escrito arriba.
Adiós Acereros. Bienvenido Señor Tebow, que los Patriotas de Nueva Inglaterra lo esperan con ansia.
Pero también bienvenida su fe. Es la única explicación que me doy porque los Broncos hayan llegado tan lejos este año. Él ha no sólo ha demostrado que Dios existe, sino que a veces, se preocupa por quien le pide algo con verdadera devoción.
Jamás pensé que lo diría pero ahí va: “Pinche Tebow, es un jefazo”. Damn!
El infierno
Mientras esto sucede arriba, aquí en Monterrey las malas noticias no dejan de sorprendernos. Ahora fue el “Gato” Ortiz, ex portero de los Rayados quien cumplía una sanción de dos años por dopaje.
Se le ligó a una banda de secuestradores y en fin, sin que aún concluyan las investigaciones parece que el ex jugador se involucró en esos asuntos desde hace un año.
Oí por allí que tras ganar mucho dinero como profesional del futbol, Ortiz se había metido en un ritmo de vida que veía seriamente amenazado con una pausa de dos años por su inhabilitación. De allí su inclusión en la maña.
Si así es el caso, valga su ejemplo para no caer en la histeria del ritmo de gastos y caer en lo mismo. Si en este 2012 va a pasar algo, ojalá sea que la gente se dé cuenta de lo inútil del estatus y los autos nuevos. Eso sí sería el fin del Mundo para muchos.
Y se me viene a la mente que…
…los Tigres se vieron muy bien contra el Cruz Azul y el próximo sábado, les deberemos de dar en el estadio una bienvenida de campeón.
…que los Gigantes de Nueva York tienen oportunidad de ganarle a Green Bay y después a San Francisco o Nueva Orléans y llegarán al Super Tazón.
…que lo perderán ante los Patriotas de Nueva Inglaterra, con todo y que tienen una defensiva prácticamente inexistente.
…que se viene el Abierto de Australia de tenis y los favoritos serán el Djoker, Murray, Federer, Tsonga y Nadal. En ese orden.
…que este año no va a ser tan frío como el anterior.
…va a tardar un buen para que le entienda al complejo Constitución – Gonzalitos - Morones.
…que las elecciones federales de este año serán las más desangeladas en mucho tiempo.
…que firmo lo que dijo Julián LeBarón, el menonita activista social sobre los aspirantes a cargos populares en las elecciones de este 2012: “Me gustaría…, como objetivo de una campaña de solidaridad, trabajen un mes por el sueldo mínimo, para que vean de primera mano el crimen y desastre nacional que resulta poner la economía en manos de los legisladores”.
Amen.
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